domingo, 8 de abril de 2018

Autorretrato

Mi nacimiento y mi niñez fueron junto al mar.
Viví en un piso diminuto, aunque ahí encajaba
y empecé junto a Cisneros a madurar.
Como un problema mi adolescencia se complicaba.


Mi cuerpo con mi mente siempre van ligados.
Mi cuerpo alimentado con esfuerzo e ilusión.
Mi mente, mi arma, la que no deja afectados;
afectados aquellos quienes olvidan esta relación.


No cambiaría por nada el viaje a otros mundos.
¿El presente o el pasado? ¿O puede que el futuro?
Acabar por un traidor capturados y atrapados
solo se puede lograr de una forma auguro.


En las melodías creo yo que discrepo
de las extrañas notas escuchadas en mi tiempo,
de las absurdas letras en las que yo no quepo
y que solo nos sirven como pasatiempo.


Mi forma de ser muchas veces mal juzgada.
Pensar luego expresar, nada dejado al azar.
¿Seria o divertida? Simplemente ilusionada
con un futuro que solo yo puedo imaginar.





miércoles, 25 de octubre de 2017

Frankenstein o el Moderno Prometeo del siglo XXI. FINAL.

Sexta carta:

10 de Mayo de 2018

Querido Ben:


La parte final de la historia me temo que te la tendré que relatar yo, Sophie está demasiado afectada con todo lo sucedido y la verdad no me extraña porque ni siquiera yo quiero rememorar esta historia. Lo hago porque te aprecio y no me parece justo haberte metido en todo esto y después dejarte de lado.

Bueno, justo después de que Kenstein nos mostrase con horror en su rostro el cadáver y lo enterrásemos, nos pusimos en busca de los responsables de ello. Ya no tenía ninguna duda de que alguien estaba controlando al monstruo, pensaba de todo corazón que había sido Jules y siento haberme equivocado, si no hubiésemos sospechado de él no habría quedado con Sophie y por lo tanto es muy probable que hoy siguiese con nosotros.

Después de este incidente pasó un tiempo sin que ocurriera nada, no supimos nada del nuevo ser y Criature seguía con nosotros progresando día a día y sin signo aparente de que se hubiese enterado de algo. Sophie se culpaba de lo que había pasado y Eli estaba rarísima, se la veía sumida en un silencio y si te digo la verdad parecía que todo esto la hubiese afectado psicológicamente. Este comportamiento lo relacionaba con el suceso que había tenido que presenciar, pero aún así me chocaba, hasta que un día todo se aclaró y me sentí estúpida por no haberme dado cuenta antes.

Era un día de principios de abril, como era habitual en Egipto, el sol brillaba como solo lo puede hacer un rey que observa todo impasible pero a la vez sabio desde su trono. Yo volvía a mi refugio a descansar de las excavaciones cuando pasé por delante de la habitación de mis amigas. Escuché a Eli discutir acaloradamente con (por lo que parecía) un hombre. La puerta estaba entornada así que decidí "autoinvitarme", simplemente por si tenía problemas. Me quedé paralizada, la persona con la que discutía era el asesino, que en cuanto me vio, corrió a atraparme. Salí huyendo y cuando le despisté me apresuré a llamar a Sophie, que acudió enseguida. Le conté todo y nos dispusimos a acorralar a Eli. Para nuestra sorpresa estaba en su cuarto, Sophie no se pudo controlar la agarró fuertemente de la camiseta y la pidió explicaciones, las separé y Eli con mirada arrepentida empezó a hablar.

Nos contó que (como sospechábamos) era ella la responsable del "hackeo" del segundo ser. Para que confiásemos en ella le pidió a Jules que fuese él quien dijese a la biocientífica la idea del proyecto, le convenció diciendo que así el afecto/amor de Sophie por él aumentaría. Además se coló en la CPU cuando Jules necesitó ausentarse para ir al baño. Su plan era probar las aptitudes del "monstruo" para después vender el proyecto a una empresa armamentística. El problema fue que la criatura tenía la capacidad de pensar y aunque es cierto que no podía huir de las órdenes que recibía podía interpretarlas a su gusto, para vengarse del control al que estaba sometido, cuando recibió la orden de "matar" asesinó a una persona querida de Eli y de Sophie (responsable indirectamente) al darle vida, por eso le dijo esa frase cuando se encontraron. 

La creímos y la encerramos en su habitación hasta decidir que haríamos con ella. Para despejarnos fuimos a dar una vuelta en la base de la gran Esfinge, de pronto nos encontramos con dos cuerpos en el suelo. En el momento pensamos que eran otros dos asesinatos... pero mi amiga de pronto dio un grito. Eran los cuerpos de las dos creaciones de Sophie, me dije que el horrendo ser había matado a Criature tirándola de lo alto del monumento, pero que en el intento él se había precipitado con ella, de pronto Sophie me mostró una nota que llevaba nuestra recién perdida amiga en el puño.

Llevo varios días intentando que Philip (así he decidido llamarlo) confíe en mí. Al principio mi único propósito era matarlo para que no cometiese más atrocidades, pero le he cogido cariño. No era malo, solo le controlaban y además estaba resentido, sé que no es tu culpa y que no le perdonarás nunca que matara a Jules. Te entiendo y agradezco todo lo que has hecho por mí y por él también, pero no encajamos en este mundo. Todo es demasiado hostil para lo que es diferente.

Hasta siempre. Sabes que te quiero.

Criature.

lunes, 23 de octubre de 2017

Frankenstein o el moderno Prometeo del siglo XXI. Parte 7.

Segunda parte de la grabación de Sophie:

Los asesinatos fueron en total cinco en la semana siguiente de la creación del ser. Estos crímenes tenían factores en común: todos se realizaban por la noche, todos las víctimas estaban estrechamente relacionados con nosotros y todos morían de un fuerte golpe en la cabeza. 

Os conté lo que pensaba (que creía qué eran obra de la nueva criatura) en cuánto apareció el primer cadáver, tú fuiste la única que compartiste mis sospechas. Jules y Eli decían por el contrario que eso era imposible ya que como acababa de ser creado era inconcebible que conociese la maldad (un sentimiento demasiado humano para él). Después de la conversación recuerdo que me pediste hablar a solas un momento y me dijiste que si no me parecía sospechoso que Jules y Eli estuvieran en mi contra, cuando hasta en las afirmaciones más tontas o equivocadas siempre se ponían de mi lado.

Reflexioné acerca de esto y me di cuenta de que tenías razón, Kate. La semana en la que nadie podía entrar a ver a la criatura por precaución, Jules se encontraba dentro, fue él quien me dio la idea de realizar una segunda criatura y acudió en mi ayuda cuando pudo constatar que el proyecto no era una farsa. En ese momento estuve tentada de ir directamente a pedirle explicaciones, pero tenía que encontrar primero la copia del sistema de IA que le permitía controlar a la criatura.

Te pedí ayuda con mis sospechas e ideamos un plan. Jules, Eli y yo al conocernos de toda la vida y para intentar despistar a la melancolía que provoca la lejanía del hogar compartíamos una enorme habitación con tres camas. Establecimos que tú quedarías con Eli en las excavaciones para enseñarle más sobre los jeroglíficos (dónde además estaría Jules, ya que yo había quedado con él allí), mientras que yo buscaría en su maleta y en su escritorio su ordenador donde guardaba el programa.

El plan salió según lo planeamos; entré en nuestra habitación donde no había ni un alma, en ese momento me llegó un mensaje:

- ¡Ten cuidado! Jules no está aquí, todavía no ha llegado. Igual ha cambiado de idea y no se presenta. ¡Hazme caso, Sophie!

Me di prisa y busqué por toda la zona de Jules; no encontré absolutamente nada, mientras pensaba en que otros lugares podía haber escondido el portátil, escuché una respiración a mi espalda, pero no era la de Jules (la de este la conocía ya que era muy particular), estuve sopesando la posibilidad de darme la vuelta. Finalmente hice acopio de toda mi valentía y me giré. No estaba preparada para la horrible escena que iba a presenciar, ahí estaba mi creación, pero eso no es lo que me aterró y me llenó de tristeza, lo que provocó mi reacción fue que en sus brazos portaba el cuerpo sin vida de mi querido Jules. Lo dejó en el suelo y dijo:

- Tú eres mi creadora, pero yo soy tu amo.- después huyó.

Te llamé corriendo y tú y Eli os quedasteis de piedra. El horror nos llenaba por dentro. Le dimos una despedida digna y te prometo que toda la vida me reprocharé el no haber confiado en él.

Pero, la cuestión principal era: ¿quién controlaba entonces al monstruo?

Frankenstein o el Moderno Prometeo del siglo XXI. Parte 6.

Quinta carta:

30 de abril de 2018

Querido Ben:


Para contarte la siguiente parte de la historia volveré a recurrir a la narración directa de Sophie, ya que ella es la que sufrió todo el asunto en primera persona y nadie te podrá contar mejor los detalles.

Con cariño.

Kate.

Inicio de la grabación (Primera parte):

Kate, sabes que estoy muy arrepentida con todo lo acontecido y que si pudiera volver atrás lo haría e intentaría que no me hubieran comido la cabeza de esa forma. 

Todo el problema comenzó justo después de crear a nuestra nueva amiga Criature. Ella fue todo una sorpresa, como ya sabrás. Más o menos a principios de Enero ya era capaz de comunicarse y de relacionarse como una persona adulta y se había integrado totalmente en nuestro grupo privado. La decisión de crearla con nanobots fue un acierto, gracias a ellos podía retener gran cantidad de información y además mediante mi fabricación de un programa de Inteligencia Artificial totalmente autónomo pude dotarla de la capacidad de diferenciar entre el bien y el mal. Aunque el proyecto había sido todo un éxito yo tenía serias dudas de cómo la sociedad la aceptaría. Tú y yo sabemos que no suele encajar bien los cambios bruscos y dotar de vida a un objeto inanimado es bastante más que uno de ellos. Estuve reflexionando en esto y cada vez que lo pensaba me sentía más responsable de que Criature se pudiera sentir sola. Ante la duda se lo pregunté directamente.

- ¿De verdad me estás preguntando si soy infeliz? Me hacen gracia tus dudas, pero a la vez me enternecen. Me has dado la vida, me has educado como una más y me has rodeado de excelentes amistades, ahora mismo no me preocupa el resto de la sociedad - me dijo sonriendo. No me quedé del todo tranquila y estuve una semana sin salir de mi habitación. Un día entró Jules, preocupado de que no saliera ni para comer y me prometió que intentaría buscar una solución.

A los pocos días entró y me sugirió la peor idea que se le podría haber ocurrido, pero que hace unos pocos meses se me antojaba perfecta. Su idea era que yo crease otra nueva vida para que hiciese compañía a Criature, para convencerme (por si acaso yo dudaba) me dijo que el trabajo duraría mucho menos y que en tres meses ya estaría acabada. Accedí, me pareció una idea maravillosa e hizo que mi afecto hacia él fuese todavía más grande. ¿Recuerdas qué la primera persona que se enteró fuiste tú, Kate? ¿Y qué me dijiste que era una malísima idea? Que sabia eres amiga y que terca soy yo.

Lo hice, pero solo tarde mes y medio ya que decidí no ver la luz del sol hasta que finalicé. La semana que tenía que dejar reposar a la nueva vida para que no sucediesen catástrofes la pasé contigo visitando Egipto. Jules se encargaba de cuidar que nadie tocase la CPU. 

Nunca olvidaré el día que la nueva criatura abrió sus ojos, eran totalmente diferente a los del anterior ser. Los iris eran negros como si de fosas se tratasen, eran totalmente malignos. Tuve que salir a tomar el aire. Reflexionando decidí que no me podía dejar influir por ese nimio detalle, así que con paso firme decidí volver y darle las mismas oportunidades que a Criature que en ese momento estaba contigo pasando unos días. Pero cuando volví al laboratorio no había nadie, le buscamos una semana y entonces es cuando empezamos a ser testigos de los asesinatos que se manifestaron en la excavación.

    

lunes, 16 de octubre de 2017

Frankenstein o el moderno Prometeo del siglo XXI. Parte 5.

Cuarta carta:

25 de abril de 2018

Querido Ben:


Al mes de que Sophie se sumergiera en cuerpo y alma en su investigación llegó una inesperada visita a las excavaciones. No vino directamente (creo que estuvo buscando a Sophie y a Eli en la ciudad), pero tuvimos noticias suyas unos días antes de su llegada al campamento donde Kenstein realizaba las investigaciones. Esta persona misteriosa no es otra que Jules, el amigo de la infancia de Sophie. Me pareció muy extraña su llegada, ya que se produjo después de una carta de mi querida amiga donde le explicaba las distintas fases del proyecto y lo que podría hacer cambiar a la humanidad (también citaba los ingresos económicos). Me dirás que este no es motivo suficiente, que puede simplemente que la echara de menos. Bueno ¿entonces por qué no acudió a la llamada de auxilio que Sophie le hizo durante nuestras investigaciones con la momias? ¿Cuando nadie aparte de Eli no apostaba nada por ella? ¿No estás de acuerdo conmigo en lo curioso del asunto? En mi opinión esa es la buena amistad, la de confiar en alguien sin reservas y ayudarle en lo posible con sus sueños. Dar sin esperar nada a cambio y sé (sin dudarlo) que si ahora mismo yo te necesitara tú, mi querido confidente, lo dejarías todo para ayudarme en mi tarea.

En aquellos momentos solo veía a Sophie cuando Eli la obligaba a salir de su laboratorio para comer, dormir o ir a dar un paseo. El problema no era otro que el que Kenstein estaba tan extasiada y maravillada con los resultados que le daba su trabajo que ni siquiera en esos momentos, dejaba de hablar de ello. Debido a este hecho yo estaba más o menos al día del experimento y sabía en todo momento como avanzaba la "construcción de la criatura". En aquellos momentos todavía me permitía dudar sobre la capacidad de otorgar vida a un cuerpo inerte, por el contrario cuando conversaba con Eli me hacia dudar de mis pensamientos.

- !Lo tiene, Kate!- me decía con su cara radiante de felicidad, para que te hagas una idea, la misma expresión que teníamos ambos el día de Navidad hace solo unos pocos inviernos.- ¡De verdad! Lo va a conseguir, va a salvar a la humanidad. ¡Podremos hacernos ricos!- esta última afirmación me chocó un poco, pero supuse que era por la emoción del momento.

Tres largos meses después por fin la interminable espera finalizó para alegría de todos. Sophie no nos permitió acceder a ver al nuevo ser, tuvimos que esperar otra larga semana. Durante esta semana se dedicó a explicarnos (tanto a Jules, a Eli como a mí) cómo debíamos comportarnos con la criatura, nos contó que al ser nuevo en el mundo podía asustarse con facilidad y que no nos permitía entrar en el laboratorio donde estaba situado porque, aunque tenía conciencia propia y realizaba las mismas funciones y comportamientos de un ser humano, si por algún casual tocábamos algo de la CPU podríamos resetearlo lo que acarrearía terribles consecuencias en su actitud.

Siempre recordaré la primera vez que lo vi. No parecía en absoluto uno de esos robots o androides que aparecen en las películas, parecía completamente humana, porque sí, he olvidado citarlo pero era del sexo femenino. Era algo más alta que Sophie que, mientras nosotros nos quedábamos admirados, ella sonreía divertida. La robot nos miraba con timidez, era morena y tenía en sus ojos marrones una expresión de absoluta intriga. Lo único que nos hacía ver que no era de nuestra especie era su tono de piel, amarillento. Jules le preguntó por ello a Sophie, Eli y yo no podíamos siquiera pensar en hacer algo tan mundano como hablar, en mi opinión en aquel momento lo único que consiguió fue romper esa atmósfera de misterio y expectación. 

- No he podido conseguir quitar el color de la arena de su cuerpo, porque por si no os habéis dado cuenta la arena es el elemento fundamental después de los nanobots. Muchísimas gracias Kate, sin ti Criature, que ese es su nombre, no habría existido nunca - estas fueron exactamente las palabras que utilizó Sophie. Si te digo la verdad ese tono de piel no creaba repulsión sino todo lo contrario la hacía parecer mística e incluso legendaria.

En la próxima carta te contaré el desarrollo de esta nueva criatura que puede ser el descubrimiento científico de la época.

Te doy la información poco a poco para que no te empaches y te ruego que hasta que no acabes de conocer toda la historia no se la cuentes a nadie.

Kate Walter.

domingo, 15 de octubre de 2017

Frankenstein o el moderno Prometeo del siglo XXI. Parte 4.

Tercera carta de Kate a Ben:

17 de abril de 2018

Querido Ben:

Como podrás ver está es la esperada carta, te la escribo seguida de la otra, pero tardaré una semana en enviarla para que te dé tiempo a asimilar este cúmulo de acontecimientos.

Finalmente decidí ayudar a Sophie, sus razones y motivaciones me parecen de lo más nobles. ¿Cuál es sino su finalidad que la de ayudar a la humanidad? Además como habrás podido adivinar su historia tiene una base que se asemeja mucho a la mía, me siento muy identificada con ella. Todo esto viene desencadenado por la muerte de su padre y yo sufrí en aquel trágico accidente la muerte de mis padres y de mi querida hermana pequeña. Confiaba y sigo confiando completamente en ella, aún después de los trágicos acontecimientos que se desencadenaron.

No todo fue tan sencillo, estuve una semana sopesando su petición de ayuda, no me veía del todo capaz de adentrarme en ese mundo en el que la principal regla no es otra que jugar con la vida y la muerte como si nos creyésemos cualquier dios. Esto lo hablé con ella y al final me hizo cambiar de idea.

- Kate no te lo pediría sino viera que esta investigación podría salvar muchas personas. Si realmente funciona no solo crearemos vida, también erradicaremos enfermedades. No es jugar a ser Dios, es una lucha contra el tiempo.

Estas fueron sus palabras y no te miento al decirte que me marcaron. Decidí ayudarla y desde ese momento nos adentramos en una profunda investigación de los componentes que utilizaban los egipcios para conseguir que sus cadáveres momificados se preservasen intactos durante millones de años. Puede parecer simple, pero era todo lo contrario, tuvimos que descartar todos los componentes de aceites vegetales y los procesos de extracción de órganos que eran comunes a todas los momificaciones. Junto a esto tuve que estudiar los prototipos de animales que había realizado Sophie en la universidad, para saber más o menos qué componentes eran compatibles con la tecnología de nanobots. Además Sophie tenía que modificar la programación de estos "bots" desde su unidad de CPU, cada vez que probábamos con otro material. Estuvimos dos meses investigando por todo Egipto, preguntando a profesionales, pero no sacamos nada en claro, sus propuestas eran inútiles, tampoco podíamos decirles cuál era el propósito final del proyecto (cometimos este error una vez y una gran empresa nos estuvo acosando durante días para que les vendiésemos la idea de Sophie).

¿Quién me diría que el material que necesitábamos era de los más abundantes de Egipto? ¿Y que además, daría con él del modo más torpe, penoso y patoso? Todo sucedió en un día lluvioso (algo muy raro en Egipto) me encontraba en las excavaciones y acababa de salir de estudiar otra momia en una de las cámaras funerarias. Fue en ese momento en el que tropecé con una piedra enterrada y caí sobre la arena mojada. Allí tumbada en el medio del desierto me di cuenta, la arena, ese era uno de los componentes que hacía preservar tan bien los cuerpos, esta absorbe el agua del cuerpo que es uno de los factores que provoca la descomposición en el organismo. Había sido uno de los principales hallazgos realizados en mi estancia en la universidad. Acto seguido salí corriendo a buscar a Sophie y le conté mi idea.

- ¡Eso es! Si conseguimos retirar el agua del cuerpo mediante la arena podremos preservarlos. La función que ejerce el agua lo pueden realizar sin problema los nanobots mediante una programación especial a los del resto del cuerpo.

Me alegró mucho en ese momento poder colaborar. Sophie, se pasó cinco meses sin ver la luz del sol, trabajando en el laboratorio con la única ayuda de Eli y posteriormente de Jules, pero eso te lo contaré en la siguiente carta.

Kate Walter.



jueves, 12 de octubre de 2017

Frankenstein o el moderno Prometeo del siglo XXI. Parte 3.

Segunda carta de Kate a Ben:

17 de abril de 2018

Querido Ben:

¡Lo siento, lo siento, lo siento! Se que hace casi un año que no te escribo y que además has intentado tener noticias mías, te lo agradezco, pero no he podido contactar contigo porque todo hasta ahora ha sido un auténtico caos. En esta carta continuaré relatándote la historia de Sophie, pero estate atento a la siguiente, en ella yo paso a formar parte de esta ilusoria, extraña y poco creíble historia. Y no te miento al decirte que empiezo a dudar hasta de mi salud mental (pero no te preocupes que todavía estoy cuerda). Además te adjunto otro manuscrito redactado por la propia protagonista y que me dejó en mi habitación un par de días después de hacer la grabación que te llevó personalmente el profesor, espero que no se hiciera el misterioso.

No se con precisión cuando te llegará la segunda carta ten paciencia.

Kate Walter.

En esta especie de carta te relataré, Kate, mi estancia en la universidad.

Conseguí una prestigiosa beca para poder acceder, ya que, debido a la muerte de mi padre hacía pocos meses, mi familia contaba con poco dinero. Pese a todo ello pude estudiar biotecnología en una universidad del centro de Londres. Para ello tuve que dejar a mi amado hogar y a mi querida familia. Estuve dudando varios meses en tomarme un año sabático debido al fallecimiento de mi padre y a la precariedad económica en la que estaba mi familia. Jules y yo tuvimos varios empleos para ayudar a mi madre y nuestro jefe nos planteó darnos un trabajo estable a ambos. No lo acepté porque Jules y Eli, me prometieron que se ocuparían de todo en mi ausencia en la universidad. Me insistieron tanto que los hice caso.

Nunca había estado en la gran ciudad y cuando llegué después de cuatro horas de viaje en autobús me quedé impresionada. Llegué la primera semana de septiembre y tuve la suerte de que hiciese muy buen tiempo. Todo era majestuoso; desde los grandes autobuses rojos que con su altura intentaban conseguir enseñar toda la ciudad a los turistas, hasta el viejo Big Ben que se proponía inculcarle algo de su sabiduría a la nueva atracción turística de la ciudad, el London Eye.

Comenzó el curso y pronto me dí cuenta que tenía muchas más aspiraciones que mis compañeros, desde la muerte de mi padre no dejaba de pensar en la posibilidad de intentar unir biología, medicina y tecnología para crear vida. Pregunté sobre esto a mis profesores y me dijeron que era posible, pero no con las técnicas de la actualidad. El último año de la carrera iba a la universidad como algo mecánico ya que estaba inmersa en las investigaciones y en el abanico de posibilidades que podría conseguir. Intentaba conseguir mediante la Inteligencia Artificial que las células se regenerasen, para que así creasen tejidos, órganos y finalmente que hiciesen funcionar todo el sistema. Pronto me di cuenta de que funcionaba, hice varios experimentos y pruebas intentando imitar animales, pero de tamaño reducido y pronto me di cuenta que iba por el camino adecuado. Estas reproducciones tenían la capacidad de realizar las mismas funciones vitales que un ser humano, pero descubrí un gran problema, la alta tecnología por alguna extraña razón desgastaba muy rápido las partes más "naturales" de los prototipos. Intenté arreglarlo de muchas maneras, pero nada podía con ello, frustrada me gradué y volví con mis seres queridos. En la universidad ningún profesor, alumno ni persona con el más mínimo conocimiento de ciencia había podido ayudarme. Cual fue mi sorpresa que a la semana de estar en casa Eli (que también acababa de finalizar su etapa universitaria en Oxford) me explicó de pasada su admiración por el mundo egipcio y los métodos de conservación que utilizaban para sus cadáveres momificados. Se podría decir que en ese momento se me encendió la bombilla y me puse a investigar, visité muchos museos, hablé con multitud de arqueólogos, pero ninguno supo sacarme de la duda. Pasaron años y mi investigación no avanzaba hasta que alguien me habló de una joven arqueóloga estadounidense que después de graduarse con honores lo había dejado todo para dedicarse con pasión a su trabajo en Egipto. Cuando leas esto entenderás mi interés en ti, Kate, ahora podría decirse que aparte de una gran profesional he encontrado una gran amiga y te digo con temor al rechazo que me acompañes en esta aventura y que me ayudes a encontrar ese componente que me permitirá otorgar la vida. Porque "¡Qué extraña cosa el conocimiento! Una vez penetrado en la mente, se aferra a ella como hiedra a la roca". Así que por favor, ayúdame, he empezado esto sola, pero ahora necesitaré tu ayuda.

Sophie Kenstein.